Desconectar para reconectar, para eso sirven las vacaciones, el verano o los momentos sin redes sociales que ayudan a reencontrarse con viejos amigos o con aficiones olvidadas. También desconectar para recolocar las prioridades, y darse cuenta de lo que merece la pena y de lo que no va a servir de nada. Y finalmente, desconectar para reajustar la ...
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