Llega un momento de tu vida en el que el pollo, las papas y el pescado frito, en lugar de ser un disfrute, se convierten en una pesadilla. Esto, por todo lo que se lee sobre cómo afectan a la salud. Terminas por arrepentirte de haber freído los alimentos y comienzas a replantearte tus hábitos.
Personalmente, he estado allí y llevo algunos años...
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