Muchas personas creen que las heridas emocionales se superan sepultando el dolor y adquiriendo una actitud positiva ante la vida. Sin embargo, y como muy bien lo refleja el kintsugi, la sanación emocional solo es posible cuando nos damos la oportunidad de aceptar y sentir las roturas internas, dándole espacio a la tristeza, la angustia y la rabia...
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