Cuando alguien llega a lo más alto nunca imagina lo pronto que comenzará a descender. Si lo hace en un país con honda tradición de ingratitud y envidia como el nuestro más dura será la caída. De nada servirá haber conseguido esa marca deportiva, medalla, premio, invención o gesta, al poco surgirán multitudes que gritarán impostura. ...
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