Los miedos son como esos depredadores que aguardan en el bosque de nuestros entornos cotidianos, acechándonos, observándonos con su piel de lobo.
En ocasiones, nos sentimos vulnerables, como una Caperucita que, a modo de rito de paso, debe iniciar una nueva etapa adentrándose en esos escenarios desconocidos.
Ahí donde retarse, conocerse y averi...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..