Cuando nacemos, sabemos de manera instintiva cuáles son las posturas correctas. Así, un niño sano desde el punto de vista físico y emocional suele caminar, dormir y jugar en posturas fisiológicamente apropiadas.
Sin embargo, la vida adulta y sedentaria y los trabajos forzados o repetitivos nos van llevando a dañar nuestra higiene postural....
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..