La ópera prima de Fran Kranz (como guionista y director) pone a dos parejas de adultos frente a frente en un ambiente minimalista de un cuarto, en la que basta una mesa y cuatro sillas para que la película nos transporte a casi dos horas de diálogos cruzados en lo que es una gran película y un gran descubrimiento fílmico en unos años pa...
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