Nora Monsecour tenía un sueño: quería ser bailarina. Un sueño que apareció desde que dio sus primeras lecciones de ballet, con apenas cuatro años. Tenía el talento, el deseo, la elegancia y la determinación necesarias para llegar a conseguirlo. Sólo había un problema: había nacido en un cuerpo masculino. Esta historia real fue la fuente ...
Si te gusto esta noticia puede que te interesen estas..